Nacional, Saturday 22 de November de 2014
 

La docente fue atacada por la mujer cuando regresaba a su casa. El origen fue un hecho ocurrido en la escuela Gabrielli, en Mendoza, donde la maestra reprendió al niño.

La  víctima fue Carla Mendoza Ostuni (30), quien recibió el violento impacto en la mejilla izquierda muy cerca del ojo, el jueves a la noche mientras estaba caminando con una amiga de nombre Cristina (40) por la vereda de la bifurcación Sarmiento.
 
Las dos iban conversando animadamente cuando de repente se les acercó un automóvil Fiesta color bordó de donde se bajó Nancy Chávez, según la denuncia radicada en la Oficina Fiscal 10 de Maipú.
 
“Ah, así te quería agarrar”, habría dicho Chávez. “Ahora vas a saber quién soy yo, pedazo de mierda”.
 
“Mientras decía esto –contó Mendoza– me dio con los cables en la cara”.
 
Según la docente, la mujer le advirtió de que se salvaba “porque estás con ella (en alusión a su amiga), porque si no te mato”. ”Lo peor –dijo la maestra– es que esto sucedió en presencia del niño, que le gritaba ‘ya está mamá, basta, basta’”.
 
Sin embargo, y mientras la docente aceleraba el paso para llegar a su casa, tomándose el rostro lastimado, la mujer reapareció de nuevo en la calle Castelli. “Ahora estoy sola –dijo la agresora–, ya dejé al pibe y te voy a matar, esto lo arreglo yo”. Luego dirigiéndose a la amiga de la docente le ordenó: “Andáte vos que yo a esta la voy a arreglar”. Como le advirtieron de que sabían que ya había agredido también a una profesora de Música de la Escuela Antártida, y de que esto constituía un antecedente, ella cambió la actitud y se fue.
 
La docente tuvo que ser asistida en un primer momento en el hospital Paroissien, de Maipú, y de allí en el Hospital del Carmen, pasando también por el Cuerpo Médico Forense.
 
Origen de la agresión
Según dijo Mendoza, ella fue maestra del hijo de la mujer en la escuela Gabrielli, de Luzuriaga, durante 40 días el año pasado cuando el menor con inusitada violencia arremetía contra sus compañeritos de 5º grado. Un día ella observó que atacaba a otro niño y para advertirle de que dejara de hacerlo le rozó el hombro pidiéndole que cesara en esa actitud.
 
“Al día siguiente se labró un acta diciendo que yo le había pegado –explicó Mendoza–, cosa que no era cierto. Incluso le pedí disculpas a la madre si pensaba que yo era capaz de algo semejante ¡pero esto así no funciona! Los directivos en vez de tomar medidas para proteger a los otros menores en riesgo decidieron perseguirme a mí a tal punto de que me pusieron en el aula (con el pretexto de la contención) a la vicedirectora. Justo un día en que ella estaba presente observó que el menor en cuestión se dio vuelta y le dio una piña a otro compañero que no estaba haciendo nada”. “Frente a esto –prosiguió la docente– decidieron cambiarlo de sección y lo pasaron al turno mañana”.
 
En agosto la madre del chico fue citada por la supervisora en el turno tarde. Va y me ve en la galería. Allí comenzó a insultarme y me dijo un montón de barbaridades. A la salida de la escuela me vuelve a amenazar diciendo que me iba a hacer mierda. A raíz de esto se hizo otra acta que la supervisora Teresa Racconto no quiso firmar argumentando que se tenía que ir. Sin embargo se quedó afuera charlando con otras maestras”, agregó la víctima, quien actualmente es docente en las escuelas Rawson y Pellegrini, de Godoy Cruz.
 
Mendoza dijo que renunció a la escuela Gabrielli porque tenía miedo.(UNO)