Esta semana tomaron estado público las maniobras de la sociedad Hotesur, propiedad de la familia presidencial, que administra el hotel Alto Calafate. Gracias a una investigación de Jorge Lanata y Margarita Stolbizer, se descubrió que dicha sociedad familiar no presenta balances desde 2008 y que debía haber sido declarada inactiva por la Inspección General de Justicia, gerenciada hoy por La Cámpora. Pero a diferencia de cualquier sociedad, Hotesur está milagrosamente activa sin balances -pese a la pseudo desmentida de Jorge Capitanich- y sin pagar impuestos, lo que no preocupa a la AFIP y a la PROCELAC, la fiscalía especial que dirige Carlos Gonella y que fue inventada por la Procuradora General, Alejandra Gils Carbó, para descubrir el lavado de activos. Justamente en este caso, en el que no hay balances ni facturación verdadera, la AFIP se hizo la distraída por más de seis años.

 

Esta denuncia de Lanata, Wiñasky y Stolbizer es tan precisa y probada que al fiscal Carlos Stornelli y al juez Claudio Bonadío no les quedaba otra alternativa que ordenar un allanamiento para demostrar si existen esos balances y alguna facturación real o trucha. Pero la sorpresa del día fue que la sede capitalina de la sociedad está en alquiler y desocupada, lo que demuestra que se actuó con total impunidad. El objeto de la investigación es saber sobre el alquiler masivo de habitaciones que jamás se usaron, del hotel mencionado, realizado por Lázaro Báez, empresario beneficiado con la mayor parte de las obras públicas de Santa Cruz.

 

Pero hay otro hotel boutique fastuoso que es propiedad de la presidente, Los Sauces, cuyas habitaciones fueron mostradas también por Lanata. La administración de este hotel estaba en manos de Relats Construcciones, cuyo dueño, Juan Carlos Relats, falleció misteriosamente hace unos pocos meses. Su hija Silvana, de la misma edad de CFK y de la cual es íntima amiga, es ahora dueña de varias constructoras y de la cadena de hoteles Panamericano. Este grupo también es frecuente beneficiario de obras públicas pero recientemente también se dedica a otro rubro, que es el de integrar la unión transitoria de empresas que está ganando licitaciones para la explotación del gas natural por varias decenas de años. Este privilegio dado a los Relats va desplazando a quien hasta ahora era la cabeza del grupo que lucraba con el tema. Se trata del sindicalista-empresario Oscar Mangone, del sindicato del gas, un dirigente multimillonario dueño del stud de caballos de carrera Los Matadores, ya que es fanático de San Lorenzo de Almagro y que curiosamente es la eminencia gris de la CGT de Hugo Moyano, pero que hizo (y hace) muchos negocios con Julio de Vido. Pero como éste está en plena decadencia ahora Axel Kicillof, que maneja la Secretaría de Energía a través de Mariana Matranga decidió darle otorgarle todas las licitaciones posibles a la familia correntina Relats. Silvana Relats, íntima amiga de la presidente, sería la explicación del cambio.