Nacional, Sunday 23 de November de 2014

La cantidad de niños y adolescentes en esa situación subió de 40 a 46% en un año, más que la población en general.

En el último año, la tasa de pobreza entre niños y adolescentes en la Argentina aumentó por encima de la del resto de la población. Mientras que en general la tasa de pobreza se incrementó 5,05 puntos porcentuales en ese lapso, entre los más pequeños y jóvenes (de 0 a 17 años) se incrementó 6,2 puntos, según un reciente informe del Observatorio de la Pobreza, dependiente del Centro de Investigaciones Participativas en Politicas Económicas y Sociales (CIPPES).
 
De acuerdo con este estudio, la tasa de pobreza en la población en general pasó del 26,41% en junio de 2013 al 31,46%, en junio de 2014. Y, dentro de ella, la porción de niños y adolescentes de entre 0 y 17 años en esas condiciones socioeconómicas, es decir que no cubren sus necesidades básicas, pasó del 40,06% al 46,26%.
 
Dicho de otro modo, en doce meses, 857.000 niños y adolescentes cayeron en condiciones de pobreza, para sumarse a los ya existentes. En total, a junio había 5,96 millones de argentinos de menos de 17 años que eran pobres.
 
En tanto, la tasa de indigencia se incrementó del 9,33% (o 1,19 millones de personas) al 11,92% (o 1,53 millones de personas). Esto significa que existen 347.000 niños y adolescentes más en condiciones de pobreza extrema a mediados de 2014, respecto de los que había en el mismo período del año anterior.
 
A falta de estadísticas oficiales de pobreza y de indigencia, dado que el INDEC no publica desde diciembre de 2013 las canastas de consumo que permitirían establecer esos valores, el estudio del CIPPES cruzó los datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) oficial con la evolución del Indice Barrial de Precios (IBP) que realiza la agrupación Barrios de Pie en ocho provincias.
 
“La situación de pobreza se agudizó entre niños y adolescentes en el último año debido a, por un lado, la alta participación de la población más joven entre los sectores que viven bajo condiciones de pobreza”, explicó Pablo Gallo, director ejecutivo del CIPPES. “Y, por otro lado, porque estos hogares vieron disminuidos muy notablemente sus ingresos debido a que los precios de los alimentos subieron por encima de la inflación”, señaló. Y aclaró que, si bien la Asignación Universal por Hijo fue una medida positiva del Gobierno, claramente es insuficiente y requiere de políticas sociales de fondo”.
 
Según los cálculos del IBP, la Canasta Básica Total –utilizada para medir la indigencia– era de $ 6.408 en octubre. Por lo tanto, se considera pobre el hogar que no logra percibir esa cifra mensualmente. En tanto, la Canasta Básica Alimentaria, aquella que se utiliza para cuantificar la indigencia, promedió los $ 2.823. “Hay muchos asalariados en blanco que quedaron bajo la línea de pobreza por poco monto. Pero si se toma en cuenta el conjunto de trabajadores, incluidos los informales o en negro, esa cantidad de hogares se incrementa mucho más”, sostuvo Gallo. Y agregó: “A diferencia de los 90, cuando la pobreza se relacionaba con el desempleo, hoy también se relaciona con el trabajo dado que los sueldos se han pauperizado por efecto de la inflación”.
 
Según el informe, “en las provincias, la incidencia de la pobreza sobre niños y adolescentes tiene una alta heterogeneidad, si bien en todos los casos afecta a los más jóvenes más que a la población en general”. Chaco es la provincia mas afectada, con el 61% de la población de entre 0 y 17 años en hogares con ingresos por debajo del umbral de pobreza. En Salta, es el 56,5% y en Corrientes el 50,03%.