Este domingo, Francisco inicia su gira por Ecuador, Bolivia y Paraguay, en lo que será sin dudas una visita histórica para Sudamérica.
Luego de su paso por Brasil, donde el Papa literalmente rompió todo los moldes, existe una generalizada impresión de que el pontífice sorprenderá con definiciones fuertes y gestos audaces en cuestiones de voltaje político, social y religioso.
De hecho, uno de los hombres del Vaticano más cercanos a Jorge Bergoglio, el laico Guzmán Carriquiry, vicepresidente de la Pontificia Comisión para América Latina y que será parte de la gira, indicó: “Nosotros esperamos muchas sorpresas y salidas de los discursos”.
Y agregó: “El Papa, que tiene un lenguaje muy directo y simpático, se va a comunicar en su lengua y eso va a potenciar su libertad y su expresividad”.
Agenda apretada
Francisco partió este domingo por la mañana a Quito, donde llegará a media tarde. El lunes celebrará una misa en el santuario de la Divina Misericordia, en Guayaquil, y el martes, otra en el parque del Bicentenario, en Quito.
El miércoles seguirá la gira con el viaje a La Paz, Bolivia, donde estará apenas cuatro horas por la altura (4.100 metros sobre el nivel del mar). Luego, seguirá a Santa Cruz de la Sierra, donde tiene previsto el jueves oficiar una misa en la Plaza del Cristo Redentor y luego participar de un encuentro mundial de movimientos populares, muchos no religiosos, ocasión en la que podría hacer fuertes definiciones sociales.
Finalmente, el viernes, el Papa arribará a Paraguay donde se espera una formidable llegada de creyentes argentinos que ya han comenzado a cruzar la frontera para saludar al pontífice. Al día siguiente celebrará una misa en el santuario de la Virgen de Caacupé, patrona del país. El domingo visitará una villa de emergencia y luego oficiará la última misa en el predio de Ñu Guazú, al que se prevé que asistan varios presidentes latinoamericanos, entre ellos Cristina Kirchner. A la tarde, emprenderá el regreso a Roma.
