Nacional, Saturday 22 de April de 2017

Se trata del peruano Bhel Bhoy Arbin Santillan Ríos, uno de los delincuentes más buscado en su país y la región. Entró a la Argentina en 2016.

Caminaba, como cualquiera, en la tradicional Avenida del Libertador al 1000, en pleno centro porteño de Recoleta. Pero no era cualquiera: se trataba del sicario más buscado en Latinoamérica, el peruano Bhel Bhoy Arbin Santillan Ríos.

Ahí lo encontró la división de fugitivos de la Policía Federal argentina al hombre conocido como “Servando”, que tiene cientos de delitos acumulados en la región, varias cirugías plásticas para engañar a las fuerzas de seguridad y dos fugas detrás.

A Santillán Ríos lo buscaban desde mediados de 2015, cuando había sido herido en una persecución con la policía de su país y se encontraba hospitalizado, a punto de ser operado.

La investigación apunta a que el ahora arrestado había escapado de Perú hacia Paraguay, para luego viajar a Bolivia, donde se hizo con una identidad falsa y obtuvo documentación para entrar a Argentina, país al que llegó tras hacerse una cirugía con la que cambió de cara

“Servando” logró escaparse aquella vez del hospital y nunca más se lo volvió a ver. Hasta ahora, en Buenos Aires, caminando por Recoleta. El Ministerio del Interior peruano ofrecía cien mil reales de recompensa.

El Ministerio de Seguridad explicó que fue “clave” la cooperación internacional que promovió la cartera para dar con el paradero de Santillán. Si bien intentó escapar, el hombre, de 35 años, fue finalmente reducido por los efectivos y puesto a disposición judicial.

“Este procedimiento fue posible gracias a la inteligencia criminal y, sobre todo, a la cooperación internacional que promovemos en el ámbito de Interpol”, aseguró la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien agregó que se trata “de un hombre muy peligroso” que había escapado en dos oportunidades.

Sobre “Servando” pesaba una circular roja de Interpol y la Policía Nacional de Perú ofrecía una recompensa de 100.000 soles (30.845 dólares) a cambio de información sobre su paradero.

El ministerio argentino explicó que además de delitos por robo agravado y narcotráfico, se lo acusa del asesinato de un oficial de policía en su país y detalló que con ayuda de sus cómplices, se escapó dos veces de centros de salud mientras estaba detenido.

La última fuga fue en noviembre de 2016, cuando huyó del peruano Hospital Nacional “Daniel Alcides Carrión” tras ser atendido en el área de cirugías.