A orillas del Riachuelo hace exactamente 116 años fue fundado el Club Atlético River Plate, uno de los cinco clubes denominados “grandes” en el fútbol argentino y el que mayor cantidad de títulos ha sumado en la era profesional.

Por curioso que parezca, River nació muy cerca de su adversario histórico por antonomasia, Boca Juniors, en la Dársena Sud, como fruto de la unión de dos clubes, Santa Rosa y La Rosales.

Fue en la calle Almirante Brown 97, sede de la imprenta Francisco Gentile, donde un grupo de 24 personas dio vida al club cuyo primer presidente fue Leopoldo Bard.

Cuatro años después de aquel célebre 25 de mayo de 1901, River se asoció a la Football Association para formar parte de la tercera división, hasta que al cabo de un meteórico ascenso el 27 de diciembre de 1908 goleó 7-0 a Racing Club y obtuvo el ascenso a Primera.

Para entonces ya estaba consolidado su clásico atuendo blanco con una banda roja en diagonal.

El “Millonario” tuvo tres mudanzas de estadio: al principio jugó en el estadio de la Dársena Sur, desde 1915 en el de Aristóbulo del Valle y Gaboto, en 1923 pasó al de Alvear y Tagle y el 25 de mayo de 1938 (hace hoy 79 años) estrenó el Monumental en un partido amistoso con victoria de 3-1 a expensas de Peñarol de Montevideo.

River ha jugado 85 temporadas en Primera División, ganó 1661 partidos y 35 títulos nacionales.

Entre otros logros, fue tres veces campeón de la Copa Libertadores de América y una vez campeón de la Copa Intercontinental.

En junio de 2011 descendió por única vez a la B Nacional y de forma inmediata ganó el título de esa división de ascenso y regresó a Primera para mostrar su grandeza.

En los últimos años, River ha mostrado todo su potencial. Una seguidilla de títulos locales e internacionales no solo logró el festejo de campeonatos, sino que sus hinchas vieron cómo el equipo recuperaba el juego ofensivo que le dio prestigio en todo el mundo.

Para festejar, River enfrenta casualmente esta noche a Independiente de Medellín por la primera fase la Copa Libertadores. Ya clasificado, será la excusa perfecta para que, como de constumbre, explote el Monumental.