Nacional, Tuesday 25 de July de 2017

Alejo vive en Puerto Martín, Santa Fe. Era donante compatible con su progenitor, cuyo cuadro había empeorado. "Me dijo mi mamá que lo puedo ayudar con sangre", aseguró el pequeño.

"Cuando recayó, la única posibilidad era su hijo", dijo la mamá del pequeño donante.

Un niño de 8 años se convirtió en donante de médula para salvar a su papá con leucemia.

Alejo vive en Puerto Martín, en Santa Fe, y a su papá, Rodolfo, lo diagnosticaron hace dos años con la grave enfermedad.

Al tener una recaída y quedar internado en terapia intensiva, los médicos decidieron comenzar a hacer los estudios de compatibilidad con el pequeño.

“Me dijo mi mamá que lo puedo ayudar con sangre”, contó Alejo y señaló que en cada intervención recibió "un huevito de chocolate".

Su papá, que todavía está internado en un sanatorio de Buenos Aires, dijo que "Alejo es el motor" de su vida.

"Gracias hijo por esto, ojalá podamos seguir viviendo muchas cosas más", lo saludó.