Misiones, Saturday 23 de December de 2017

El sistema previsional argentino no es sustentable, es decir, no se puede mantener en el tiempo sin que se agoten los recursos y se comprometa la capacidad de pago a las jubilaciones futuras, y esto implica que de no realizarse reformas al mismo, en el mediano plazo el sistema colapsará. No es sustentable porque genera un déficit estructural, donde el Estado gasta más en el pago de nuestros 6.9 millones de jubilados y pensionados de lo que recauda por los aportes de más de 12 millones de activos. Del 100% que necesita la ANSES para cubrir todas sus prestaciones sociales, solamente el 60% es financiado con aportes personales y contribuciones patronales sobre los salarios. Ese rojo del 40% de la seguridad social, se cubre con recursos del Gobierno Nacional, que como también está en déficit y ya no puede elevar más los impuestos debido a la alta presión fiscal, tiene que recurrir al endeudamiento externo e interno. El déficit de la seguridad social le implica al gobierno, más del 40% del déficit de la Administración Pública Nacional que en todo 2017 se estima será de 480 mil millones de pesos.

Como el déficit permanente del sistema previsional se daba también con el anterior gobierno de CFK, este más que con deuda, se financiaba con una emisión monetaria excesiva y su consecuente inflación, y como los datos de la variación de precios oficiales no eran creíbles, para actualizar los haberes jubilatorios se recurrió a una fórmula compuesta en un 50% por la variación de la recaudación tributaria asignada al sistema previsional. Con el paso del tiempo, dicha fórmula demostró entre otros aspectos negativos, ser pro cíclica en una economía inflacionaria: es decir, la formula mejoraba los ingresos de los pasivos en contextos de crecimiento económico y mayor recaudación, pero los perjudicaba en contextos recesivos y de menores ingresos al fisco, como sucedió en 2014 y en 2016: en esos años, la actualización jubilatoria no le ganó a la inflación y por ende perdió poder adquisitivo (y nadie hizo marchas, ni tiro piedras).

Atendiendo a la situación de desequilibrio previsional y fiscal del país, y a que la fórmula  de cálculo de actualización de los haberes no siempre protegió el poder adquisitivo, el gobierno de Cambiemos diseñó una nueva fórmula (con posteriores modificaciones que realizó el Senado), que se propone dos objetivos: 1)-mejorar el poder adquisitivo de los jubilados, actualizando para siempre los haberes por encima de la inflación, sin depender del contexto económico y recaudatorio, y 2)-sentar las bases para la creación de un sistema previsional sostenible y sustentable en el tiempo. El objetivo N° 1 se propone evitar para siempre el ajuste, es decir, la pérdida del poder adquisitivo de los jubilados, mientras que el objetivo N° 2 se propone evitar la demagogia, es decir, evitar que en el largo plazo el sistema se desfinancie, y así pueda tener los fondos suficientes para que los jubilados y beneficiarios de prestaciones sociales puedan cobrar. Ambos objetivos a su vez están relacionados a la reforma tributaria que se propone el gobierno para desarrollar la economía: de aprobarse los cambios fiscales y mantenerse el cálculo previsional atado a la recaudación, los jubilados iban a ver disminuido con creces sus haberes.

Ante esta propuesta de aumento sustentable, que es lógicamente debatible y mejorable, sectores radicalizados de la oposición, la catalogaron livianamente como una reforma de “ajuste” porque “quitaba” recursos de los jubilados, cuando en realidad la nueva fórmula se propone ganarle siempre a la inflación. Estos sectores sostuvieron una postura demagógica, una práctica política consistente en ganarse el favor popular no contando toda la verdad. Su propuesta era conservar la formula anterior que garantiza sí en el corto plazo un aumento del poder adquisitivo, mayor incluso al de la nueva fórmula, pero es un aumento que no contempla la sustentabilidad del sistema, porque propone realizar aumentos sin importar que el Estado no tenga los recursos económicos para afrontarlos en el futuro. La demagogia es lo opuesto a la sustentabilidad. La demagogia radica en ofrecer aumentos altos en el corto plazo pero que no se pueden sostener en el largo plazo, mientras que la sustentabilidad radica en ofrecer aumentos en el corto plazo que si se pueden afrontar en el mediano y largo plazo.

La nueva fórmula al igual que la que se modificó, no implica una pérdida del poder adquisitivo de los jubilados, porque en 2018 mejorarán sus ingresos reales en un 4,5% promedio con respecto al 2017. Y a diferencia de la anterior, la nueva fórmula es más sustentable, ya que tiende a disminuir el gran déficit fiscal y previsional que pone en riesgo el cobro de los futuros jubilados. Con el cambio de fórmula, entre 70.000 y 90.000 millones de pesos se estima sería la disminución del déficit previsional para el 2018, calculo que será ficticio cuando entren en marcha los cambios tributarios, que entre otros puntos, hará que el ANSES no se financie más por impuesto a las ganancias.

Este cambio del cálculo de la movilidad jubilatoria es el inicio de un debate por la reforma integral del sistema previsional que está previsto en el marco de la Ley de Reparación Histórica a través de la creación de una Comisión, desde donde se podrá debatir y modificar diversas cuestiones, entre las que destacamos: 1)- la tasa de dependencia (relación activo-pasivo) que arroja un porcentaje de 1,7 aportantes por cada beneficiario, cuando especialistas recomiendan que sea de 3,5; 2)- el alto grado de informalidad, donde más del 30% de la masa laboral no genera aportes al sistema previsional, provocando la insostenible tasa de dependencia señalada; y 3)- las jubilaciones de privilegios, que insumen más de 700 millones de pesos mensuales, y que también atentan contra la sostenibilidad y más que nada, contra la equidad del sistema.

Más allá de esos 3 puntos que deben solucionarse en los próximos años, este 19 de diciembre de 2017 el Congreso evitó dos cosas: evitó el ajuste y también evitó el aumento demagógico, en cambio sí logró un aumento sustentable para los jubilados.

Fernando Santacruz. Licenciado en Relaciones Internacionales.