Internacional, Tuesday 6 de February de 2018

Un descapotable rumbo a Marte es el cohete más potente del mundo. Será un viaje de prueba.

Un deportivo descapotable despego en dirección a Marte a bordo del cohete más potente del mundo. La escena está teniendo lugar en Florida, en el Centro Espacial Kennedy de la NASA, y el lanzamiento, previsto para esta tarde a las 19.30 (hora peninsular española) y retrasado a las 21.45 horas por el viento, se hizo desde un lugar histórico en la carrera espacial: la plataforma LC-39A, la misma desde la que despegaron las misiones Apolo a la Luna en los años 60 y 70. Se trata del flamante cohete Falcon Heavy fabricado por la compañía privada aeroespacial SpaceX.

Su propietario, el multimillonario sudafricano Elon Musk, aprovechará esta misión de prueba para dar una nueva lección sobre cómo generar expectación y de paso, hacer publicidad de Tesla, otra de sus empresas. Y es que el coche eléctrico que irá dentro es el primer modelo que puso a la venta, un deportivo rojo del modelo Roadster que, si todo sale según lo previsto, quedará vagando por el espacio de forma indefinida en una órbita solar.

Según ha señalado Musk en su cuenta de Twitter, el coche tardaría unos seis meses en aproximarse a Marte. Como parte del espectáculo mediático, durante el lanzamiento sonará Space Oddity, la mítica canción de David Bowie, y para intentar retransmitir lo que allí suceda habrá varias cámaras en el coche, un modelo que salió a la venta por 110.000 euros, informa Sergio Piccione. "Va a ser un éxito emocionante o un fracaso emocionante", declaró Musk el lunes durante una rueda de prensa. Y es que el empresario, plenamente consciente de las altas posibilidades de que se produzca algún fallo, no las tiene todas consigo. Pero como suele repetir con frecuencia, los errores sirven a sus ingenieros para avanzar en su ambicioso programa espacial, basado en reducir drásticamente los altos costes de los lanzamientos espaciales recuperando una parte del cohete (la primera fase) y reutilizándola en otra misión.

 También en esta ocasión intentará recuperar las primeras fases de los tres cohetes ensamblados. Las de los lados caerán antes el plan es que lleguen a una pista de aterrizaje y la parte central, que tardará más en regresar, debería ser recuperada en una plataforma construida en un barco que hay en el océano. A esta hora todo está preparado en el centro Kennedy para el lanzamiento, pero si la meteorología o algún problema técnico obligaran a aplazarlo, la compañía volverá a intentarlo el miércoles. En estos momentos la velocidad del viento en la atmósfera es un 20% más alta del límite que podría aguantar el cohete. Un cohete de 70 metros.

El Falcon Heavy es un gigante de 70 metros de altura y capacidad para poner en órbita vehículos espaciales, satélites y cargas más grandes que otros cohetes, pues puede transportar hasta 70 toneladas. En realidad se trata de tres Falcon 9 ensamblados.

 El Falcon 9 es el cohete que SpaceX está utilizando en la actualidad y con él que está poniendo en órbita satélites y los cargueros no tripulados Dragon con los que se mandan suministros a la Estación Espacial Internacional (ISS) en el marco del acuerdo que ha suscrito con la NASA y que incluye el desarrollo de una nave espacial para llevar a los astronautas a esta plataforma situada a 400 kilómetros de la Tierra.Con el Falcon Heavy, Musk espera dar sus primeros pasos para lanzar en el futuro misiones tripuladas a la Luna y a Marte. Antes, se espera que lo utilice para enviar al espacio grandes satélites militares de EEUU o de clientes como la NASA, pues uno de los grandes obstáculos de la carrera espacial es la dificultad de enviar grandes cargas debido a los límites de los cohetes habituales.

Sobre la mesa, uno de los puntos fuertes de su Falcon Heavy es que los lanzamientos sólo costarán 90 millones de dólares frente a los 1.000 millones de dólares que la NASA calcula que costará cada lanzamiento de su futuro Space Launch System (SLS), un espectacular cohete que está siendo desarrollado y con el que pretende emprender misiones a la Luna y Marte.

 SpaceX se le ha adelantado porque el SLS aún tardará unos años en entrar en funcionamiento. También ha agitado el debate sobre los altos costes de la NASA, precisamente en un momento en el que el presupuesto de la agencia espacial de EEUU se ha reducido a pesar de que los objetivos siguen siendo igual de ambiciosos si no más. Ya no se trata sólo de ir a Marte. Donald Trump pretende regresar antes a la Luna, retomando los planes de George W. Bush cancelados por Barack Obama.