Internacional, Sunday 20 de May de 2018
 

El actor George Clooney llegó con su esposa Amal, con un espectacular vestido amarillo huevo y una pamela del mismo color con velo. El exfutbolista David Beckham avanzó con la imperturbable Victoria, que eligió el azul y no sonreír mientras el posaba para las selfies.

Un sol glorioso y un día de verano para la boda real más particular de la historia de la realeza británica. Windsor es una fiesta con banderas británicas, coronas de cartón, picnics y mucho champagne para celebrar el casamiento del príncipe Harry con Meghan Marckle, la primera mestiza a ser parte de la familia real. La reina les ha otorgado un nuevo título: de ahora en más serán los duques de Sussex.

Los invitados han comenzado a llegar a la capilla de St George en el Palacio de Windsor. Así se ha empezado a develar el secreto mejor guardado hasta ahora: ¿A quiénes invitaron Meghan y Harry, el sexto en la línea de sucesión? No a sus primos aristócratas ni a los royals europeos.

Más celebrities que royals es la primera impresión. El actor George Clooney llegó con su esposa Amal, con un espectacular vestido amarillo huevo y una pamela del mismo color con velo. El exfutbolista David Beckham avanzó con la imperturbable Victoria, que eligió el azul y no sonreír mientras el posaba para las selfies.

Dos argentinos llegaron a la ceremonia, El polista Nacho Figueras avanzó del brazo de su mujer, Delfina Frers, con un vestido midi turquesa, una pamela celeste y zapatos metalizados. Nacho es el embajador humanitario de Harry en Lesoto, un reino africano cuyo monarca fue al colegio de Eton con el príncipe y tienen proyectos educativos en común.

La familia Middleton llegó a Windsor unida con una novedad. Pipa, la hermana de la duquesa de Cambridge y su hermana, va a ser mamá. Con un vestido turquesa, su pequeña pancita era apenas notable.

Los Spencer volvieron a encontrarse con la Familia Real en una suerte de reconciliación, después de las recriminaciones tras la muerte de la princesa Diana. El conde Spencer llegó con sus tres hijas y su hermana Jane leerá una de las lecturas, en su primera aparición pública tras la desaparición de Diana.

Otra sorpresa fue la presencia Fergie, la duquesa de York. Muy elegante, sin las hijas princesas, vestida de azul, la ex mujer del príncipe Andrés no ha sido invitada a la recepción que organizó el príncipe Carlos para 200 personas por la noche, tras la ceremonia.

Hay una excepción política: el ex primer ministro John Major y su esposa Norma. El fue el tutor de William y Harry tras la muerte de su madre, por pedido de la reina Isabel. Tiene una relación muy próxima con ellos.

 

 

 

Serena William es una de las grandes amigas de Meghan. En la capilla también están Elton John y su esposo David.

Las plumas son las otras protagonistas de este casamiento junto con los fascinators (sombreros). Las mujeres los eligieron en todos los colores porque son una prenda obligatoria.

La elegancia de la capilla de St George es diferente a la alegría royalista y los disfraces de la long walk, el camino que lleva al palacio, por donde pasarán los recién casados para saludar a los súbditos que llegaron a saludarlos.

Todos los acentos se escuchan mientras descorchan botellas de champagne tras dormir en frazadas estampadas con la bandera británica. Australianos, americanos, canadienses disfrutan la fiesta mientras saludan con hurras a los invitados, que son trasladados al castillo en carritos de golf.

Muchos afroamericanos han llegado. Como Barbara, que vino desde Washington por el fin de semana, “porque para mí es muy importante que una 'black' como yo, americana, vaya a ser una princesa británica. Ella va a hacer una diferencia”.