Nacional, Monday 20 de August de 2018

Acusan al cirujano de homicidio culposo

Romina Candia Flores tenía 32 años y era madre de tres hijos. No tenía problemas de salud, pero sí un deseo: después de los tres embarazos quería recuperar la figura de antes de ser madre. Durante un año ahorró poco más de 50 mil pesos para pagarse una liposucción que se realizó en el Clínica Matienzo, del barrio porteño de Belgrano, un lugar que luego se supo no estaba habilitado para ese tipo de cirugías. Algo en el medio de la intervención salió mal y la mujer murió un mes más tarde. La familia, desesperada, realizó la denuncia y la semana pasada imputaron al cirujano por homicidio culposo.

El hecho comenzó el 14 de noviembre pasado, cuando Romina se realizó la operación. Aunque ya desde meses antes la mujer hacía una dieta en la que había logrado bajar ocho kilos y también se había realizado los estudios prequirúrgicos, con resultados positivos. Su objetivo no era otro que el de mejorar su estética, por eso estaba en contacto con el doctor Armando Donati, un cirujano que la había convencido de que la liposucción era la mejor opción para lograr un tratamiento efectivo.

Luego ahorrar la plata, Candia Flores fue hasta la Clínica Matienzo junto a su padre. Les dijeron que la operación no duraría más de dos horas.

Pero algo salió mal y la mujer entró en shock hemorrágico. A las ocho horas de haber ingresado al quirófano Romina volvió a la sala, pero no era la misma: estaba hinchada, tenía los ojos morados y seguía inconsciente. Los familiares dicen que durante todo ese tiempo el doctor Donati los tranquilizaba argumentando que los síntomas que presentaba “eran totalmente normales”, que “no debían preocuparse”, que “no había qué alarmarse”, y que “quedaría internada hasta el día siguiente”.

En las horas siguientes Candia Flores no presentó ninguna mejoría, sino que siguió descompensada. Lejos de ser trasladad a un lugar de alta complejidad, permaneció en una habitación común, sin evaluación médica durante toda la noche.

Luego de las pericias se supo que el establecimiento no reunía las exigencias para realizar una intervención de esa naturaleza. Y además,  que una cirugía de esa envergadura requiere como mínimo de dos cirujanos especialistas en quirófano y no de uno, como ocurrió.