Nacional, Wednesday 5 de December de 2018

El Tribunal que juzgó el macabro caso adelantó que el acusado será condenado por “homicidio doblemente agravado”

Oscar Daniel Raúl Abramo (41) fue condenado ayer a perpetua por el femicidio de Sonia Morel Escurra (25), la joven que fue golpeada y enterrada en el patio de su casa donde el asesino, que convivía con ella, construyó luego un pelotero para que jueguen las cuatro pequeñas hijas de ambos, en Villa Elisa.

Así se desprende del adelanto de veredicto dado a conocer ayer al mediodía por el Tribunal Oral en lo Criminal V de nuestra ciudad.

Las juezas Carmen Palacios Arias y María Isabel Martiarena, y el juez Ezequiel Medrano, por unanimidad consideraron culpable al acusado, por el delito de “homicidio doblemente agravado por el vínculo y por tratarse de un femicidio”.

Los voceros judiciales consultados ayer por este diario precisaron que ese encuadre legal no da margen para otra pena: se le aplicará prisión o reclusión perpetua.

De esta forma el Tribunal hizo lugar a lo planteado en su alegato por la fiscal de Juicio de La Pata Leila Aguilar, que también requirió la pena máxima para Abramo.

Este viernes, al mediodía, el Tribunal dará a conocer los fundamentos de su fallo.

En este debate oral, que duró casi un mes, se escucharon testimonios desgarradores.

Entre ellos , el de los bomberos, peritos, vecinos e incluso una de las hijas de la pareja que formaron Morel Escurra y Abramo, quienes dieron detalles estremecedores del brutal crimen.

La fiscal Aguilar consideró al hombre responsable por el asesinato y por una maniobra macabra que intentó ocultarlo: la mujer fue enterrada en el patio, donde luego se instaló un pelotero, donde jugaban las niñas.

Los peritos forenses aseguraron en el juicio que la mujer fue enterrada viva. En el juicio revelaron que la mujer tenía tierra en sus pulmones, es decir, que siguió respirando luego de ser enterrada en el patio de la casa, donde luego los bomberos hallaron el cadáver, debajo de un pelotero, donde las niñas jugaron durante los dos meses en que su madre estuvo desaparecida.

Cabe recordar, que el ahora condenado había denunciado el abandono del hogar de su mujer, pero nadie le creyó, y menos que la mujer decidiera dejar allí a sus hijas. Todos los vecinos fueron contestes, en ese sentido, al declarar en el juicio.

El horror se conoció el 21 de octubre de 2015, cuando familiares de Abramo denunciaron que en medio de una pelea, y estando borracho, el ahora acusado “confesó el femicidio”.

La Policía allanó la casa donde la pareja vivía con cuatro nenas pequeñas y tras varias excavaciones encontraron el cuerpo.

La mujer tenía un corte en la frente y un hematoma en el maxilar izquierdo.

No murió por esas lesiones, sino por “síndrome asfíctico por sofocación”, aseguraron los expertos forenses.

Familiares de la víctima, que declararon en el juicio, ratificaron que Sonia sufría violencia de género.

En otro de los tramos más impactantes del caso, una de las hijas de la pareja relató la escena que desencadenó el femicidio: “Mi papá estaba peleándose con mi mamá; le dio una piña y dijo: `uy se murió´... y ... la puso en una bandera”.

Así contó una nena de 6 años lo que vio una noche de agosto en su casa de 18 entre 424 y 425, en Villa Elisa.

Para la defensora Ana Julia Coba, el acusado no tuvo intención de matar y consideró que debe aplicarse una condena por “lesiones leves agravadas por el vínculo y homicidio culposo”.