Nacional, Monday 19 de July de 2021

Muchas veces consideramos que el impacto de las medidas son neutros al género pero la práctica demostró que las desigualdades existentes en la sociedad llevan a impactos diferenciales.

Durante la pandemia hemos transitado muchos cambios. Las distintas medidas de aislamiento y de restricción en la movilidad modificaron la manera de organizarnos en la vida cotidiana. Y si bien muchas veces consideramos que el impacto de las medidas son neutros al género, la práctica nos demostró que las desigualdades existentes en la sociedad, llevan a impactos diferenciales en las personas.

Durante el año 2020, en alianza con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Grow desarrolló una investigación regional sobre los cambios en el uso del transporte de las personas, en función de las normativas aplicadas con el fin de reducir la movilidad. De este estudio encontramos que en la Ciudad de Buenos Aires y AMBAlas mujeres indicaron que cambiaron los medios de transporte utilizados en mayor medida que los varones (15 pp más).

Las mujeres disminuyeron la utilización de los medios de transporte público de 68% (antes de la pandemia) a 53% (durante el 2020 con pandemia). Para los varones la caída es menos pronunciada, de 58% a 52%. Quienes dejaron de utilizar los medios de transporte público pasaron a medios individuales, como caminar, y el uso de bicicleta/moto o vehículo (propio, taxi o plataforma). La selección del medio dependió del nivel socioeconómico y del género.

Entre las personas respondientes de nuestra encuesta, las mujeres duplicaron el uso de vehículo particular (de 6% a 11%), mientras que los varones lo mantuvieron constante (aprox. 13%). Es decir que quienes ya podían usar ese medio, lo hacían.

Por otro lado, los varones registraron incremento en la caminata (que pasó de 7,9% a 14,2%) y en el uso de la bicicleta propia (de 7,9% a 11,4%). Para ellas estos valores se mantuvieron relativamente constantes (la caminata pasó de 9% a 6%; y el uso de la bicicleta, de 3% a 5%).

También, llama la atención que, en un contexto de altas restricciones, aproximadamente la mitad de las personas encuestadas modifica el medio de transporte por miedo a contagiarse del virus (47,4%). La segunda razón más respondida es la seguridad (21,1%), seguida por la elección de un transporte con demora (durante la pandemia) menor al que utilizaban antes (15,8%).

En cuanto a situaciones de violencia en el uso del transporte durante la pandemia, se observa que co-existe una mayor sensación de inseguridad y de testimonios de robos por parte de las trabajadoras entrevistadas, con una caída en las situaciones de diferente tipo de violencia para todas las personas encuestadas.

No obstante, se siguen registrando diferencias según género en el tipo de violencia más experimentada. Las mujeres siguen viviendo más violencia verbal y acoso sexual que sus pares varones en el espacio y en el transporte público. Por el contrario, la violencia que más afecta a los varones son los robos y los hurtos, y la violencia física.

Es así que se vuelve a confirmar que los impactos de la pandemia no son los mismos para todas las personas. Por consiguiente, desde Grow, creemos vital la elaboración de políticas públicas de movilidad con perspectiva de género, que tengan en cuenta estas diferencias.

Coordinadora de formación y líder de proyectos de Grow, género y trabajo