Nacional, Friday 9 de February de 2018

Marcelo Funes, padre de los dos hijos de la periodista, dijo que la familia quiere se que investigue "hasta el final".

       

Cuando ya habían pasado casi 8 horas de velatorio, todavía seguía llegando gente a la Legislatura porteña. Cada uno dejó sus muestras de afecto y dolor para despedir a Débora Pérez Volpin, que murió el miércoles mientras le practicaban una endoscopia.

Entre ellos estaba Marcelo Funes, ex pareja de la periodista y legisladora porteña, que expresó su dolor por la sorpresiva muerte, pero también su indignación: "Si bien no podemos afirmar nada, todo indica que fue mala praxis. La familia no va a descansar hasta no saber qué pasó. Estamos haciendo lo que hubiese hecho Débora: investigar hasta el final", relató en diálogo con Clarín.

Cuando se le preguntó por los pasos a seguir en materia legal, dijo: "Lo extraño es que los médicos no dieron muchos argumentos. Sólo dijeron que hubo una complicación y que tuvo un paro. Se tomaron cinco minutos solamente. Pero yo no estoy llevando los asuntos legales, sólo estoy llorando".

A su alrededor seguían llegando amigos, colegas y seguidores para despedir a Pérez Volpin. Nadie llevó el registro de cuánta gente pasó, pero la cola fue constante y nunca bajó de las 30 personas. "Circulen, por favor, para que pueda entrar más gente", fue el pedido que repitió a cada minuto el personal de seguridad y de ceremonial y protocolo. Un jubilado lloraba desconsoladamente, una mujer llevaba un rosario hecho con sus propias manos y otra escribía oraciones a mano en un cuadernito celeste, para entregarle a familia.

Enrique Sacco, viudo de la periodista y legisladora porteña, se mantuvo inmóvil al lado del cajón cerrado y rodeado de flores, recuerdos y todo tipo de ofrendas. Recibió el pésame de cada persona que se acercaba, en una larga jornada sin consuelo.

La madre de Pérez Volpin se descompensó a poco de llegar, pero fue rápidamente asistida. El resto de la familia de a ratos se mantenía alejada de la prensa en un salón a parte, pero no por mucho tiempo. A cada rato volvían a colocarse alrededor del féretro, en un sinfín de llantos, abrazos, besos. En cada lateral, una fila de gente esperaba para sumarse a la despedida.

La encargada de hablar con los medios fue Melina Fleiderman, actual esposa de Marcelo Funes, el padre de los hijos de Débora. "Voy a cuidar a sus hijos", enfatizó en cada entrevista brindada.

La pequeña Florencia Dalmasio, sobrina de Pérez Volpin, también expresó su indignación: "A Debo no nos la van a devolver, ahora lo que queremos es que se haga justicia". Contó que no podía dormir y, con solo 14 años, dejó en claro su nuevo propósito: "Voy a estudiar Ciencias Políticas en la UBA para seguir el legado de mi tía, que es mejorar este país".

Además, le dijo a Clarín que Débora conocía mucho a los directores de La Trinidad porque allí tuvo a sus dos hijos. Por eso, su indignación es mayor.