Nacional, Saturday 13 de April de 2019

En Morteros funciona el único tambo robotizado de la provincia. A un año y medio de su puesta en marcha, las vacas ya se han acostumbrado y reciben hasta cuatro ordeñes diarios.

En la década de 1930, Francisco Fornasero llegó a Colonia 10 Hermanos, una población ubicada entre Morteros y Suardi, en el extremo nordeste de Córdoba. Fue uno de los primeros tamberos que se radicó en la que hoy es la cuenca lechera más grande de Sudamérica y que inició su actividad entregando leche a la por entonces incipiente Sancor.

Casi un siglo después, el emprendimiento familiar, llamado “El Zurdo”, sigue en pie de la mano de su hijo, Oscar; y su nieto, Daniel. Y continúan siendo pioneros: fueron los primeros en instalar un tambo robotizado en el país, hace un año y medio, que ya está arrojando indicadores productivos con estándares por encima de los de un planteo tradicional.

Un plantel de 120 vacas realiza todos los días el circuito de descanso, ordeñe y alimentación. Cada una produce hasta 10 litros diarios más que las otras 350 que los Fornasero poseen en otro tambo contiguo, donde el manejo es similar al de la gran mayoría de los establecimientos del país.

Además, el sistema automatizado ofrece indicadores de sanidad muy superiores: los porcentajes de mastitis son muy inferiores a los de un tambo promedio.

 “Las vacas viven en un galpón bajo un sistema estabulado en el que las camas y el agua están en un área de descanso, mientras que la comida está en el otro extremo”, explicó Daniel Fornasero.

Y agregó: “Para ir a alimentarse, (la vaca) tiene que dirigirse hacia una puerta inteligente que decide si el animal tiene permiso para ir a ordeñarse o debe seguir de largo hacia la comida”.

¿Cómo decide el robot si la vaca puede o no ordeñarse? Cada ejemplar tiene un chip que el sistema lee para determinar si otorga el permiso o no. Por ejemplo, analiza cuántos días hace que parió o cuál es su nivel productivo.

CONFORT. En "El Zurdo", el bienestar es un factor clave para lograr una mayor producción por vaca. (Gentileza Daniel Fornasero)

“El robot hace todo: la desinfecta, la lava, la despunta y la seca. Coloca las pezoneras de a una, en cada ubre, y eso permite incluso conocer específicamente cuánto produce cada cuarto”, agregó Fornasero. Una vez finalizado el ordeñe, se le libera el paso hacia los corrales de alimentación.

Al ser un tambo estabulado, la dieta es 100 por ciento concentrada, basada en silos de maíz y alfalfa, granos y semillas de algodón. En el otro establecimiento, las vacas pastorean durante todo el día y luego reciben una suplementación menor.

“Son las mismas vacas, pero las que están en el robotizado producen unos 10 litros más por día”, destacó Fornasero. En concreto, en el establecimiento más “tecnológico”, las 120 vacas entregan 3.800 litros diarios, a razón de 30 por hembra. En el tambo tradicional, son 5.800 litros divididos entre 350 ejemplares: menos de 20 litros por cada animal.

Manejo

En el planteo estabulado, el costo de alimentación ronda los 10 litros diarios por animal; es decir, la mayor productividad cubre ese valor y quedan 20 litros “libres” para afrontar el resto de los gastos y tener rentabilidad.

 

En el tambo “común”, el costo de alimentación es menor (cinco litros y medio), pero también es más chico el volumen que queda “libre”: alrededor de 12 litros.

 

Además, existe una ganancia por la mayor calidad de la leche que extraen los dos robots De Laval instalados: los Fornasero le entregan a la marca Tregar, que les paga algunos centavos más por este producto que por el que obtienen en el otro tambo.

 

ALIMENTACIÓN. La dieta en el establecimiento de los Fornasero es a base de silos de maíz y de alfalfa. (Gentileza Daniel Fornasero)

Para Fornasero, la mayor producción en el modelo robotizado no sólo se debe a la alimentación, sino también al confort y al bienestar en el que viven las vacas.

“No hay gritos ni perros para arrearlas: van a ordeñarse cuando quieren. Sólo hay un porcentaje muy escaso, de menos del cinco por ciento, que pasada una cantidad de horas hay que buscarlas. Es impresionante cómo se acostumbran solas al sistema. Algunas se ordeñan hasta cuatro veces por día”, graficó.

En promedio, a las hembras de este establecimiento se les extrae leche 2,7 veces al día. Este indicador es 35 por ciento superior a los dos ordeñes diarios que se realizan, como es habitual, en un tambo tradicional.

En cuanto a la sanidad, los problemas de mastitis, como máximo, se han extendido del dos al cinco por ciento del plantel, cuando en el establecimiento sin robots han llegado a tener hasta el 20 por ciento del rodeo afectado por esa patología.

Fuente:lavoz